Insisto en que este camino, o mejor dicho, este viaje, el del autoconocimiento, fundamental en cualquier proceso de reinvención, te ayudará a darte cuenta de lo apasionante que es, con idas y venidas, con baches y obstáculos, con dificultades y sensación de pérdida de tiempo en ocasiones, pero créeme cuando te digo que cuanto más te introduces en él y más descubres de ti, aumenta progresivamente tu curiosidad y tu deseo de continuar.
Soy coach y me interesaría mucho decirte que contratar los servicios de un profesional del coaching sería lo idóneo, pero también entiendo la reticencia, el temor, la desconfianza o simplemente el hecho de que económicamente, y en un momento determinado, algunos no se puedan permitir esa inversión.
Por otro lado, siempre digo que cuando quieres conocerte de verdad, cuando has tomado esa decisión, puedes hacerlo solo o acompañado porque llegarás al mismo sitio, con la diferencia de que acompañado, probablemente llegarás antes.
En cualquier caso, voy a compartir con vosotros algunas herramientas que podéis ir poniendo en práctica perfectamente por vuestra cuenta, a ver qué descubrís y oye, si os quedáis atascados, siempre tenéis la posibilidad de recurrir a un coach (y si quieres que ese coach sea yo, ya sabes, yo encantada)
Empezamos hoy con una de ellas, las preguntas abiertas y continuaremos en los próximos números con otras muy efectivas.
PREGUNTAS ABIERTAS
Ya de entrada, diferenciamos entre preguntas abiertas y cerradas (sí o no) al decirte que cuando el objetivo es conocer o conocerte, las que más te ayudarán a ello siempre serán las primeras, precisamente porque su finalidad es la exploración y el descubrimiento a través de la indagación en el detalle.
La pregunta abierta conecta con un proceso de pensamiento más elaborado, donde la creatividad se divierte porque se encuentra en su salsa y donde accedemos a terrenos olvidados o desconocidos.
¿Qué le preguntarías a una persona si tu intención es conocerla en profundidad?
Es verdad que en internet existen muchos artículos publicados sobre ello. De hecho, en su momento yo también publiqué aquí un post sobre este tema titulado ¿Cómo saber lo que quiero en la vida? 15 preguntas que te aportarán algo de luz, y que te invito a leer.
Sin embargo, te animo a que elabores tu propio cuestionario, a que te metas en la piel de un periodista por un día y no pienses en ti, sino en la manera de conseguir la mayor cantidad de información posible sobre esa persona que te acaban de presentar.
Redacta todas las preguntas que le harías a esa persona. Cuantas más, mejor. El límite lo pones tú.
Cuando lo tengas, ya sabes lo que te toca, responderlas. Esa persona eres tú.
Coge papel y boli (te recomiendo que lo hagas a mano porque siempre es mucho más potente el ejercicio que si lo haces a ordenador), escoge un lugar y un momento de relajación, ponte música, mírate hacia dentro y respóndete.
Tómatelo con mucha calma y no te sientas en la obligación de responder a todas en ese momento. Levántate, respira, déjalo si te sientes incómodo/a. Es muy normal que puedas incluso sentir cierta presión y quieras abandonarlo pero continúa.
Te recomiendo que lo hagas desde la curiosidad, evitando el juicio o la autocrítica, respondiendo con sinceridad, recreándote en cada pregunta, pero sobre todo en cada respuesta, sin prisa, desde el respeto y desde el amor a ti mismo/a.
Ya me contarás el resultado de lo que obtienes.
De todos modos, como siempre, ya sabes, yo siempre estaré para ti si lo necesitas #TeEscucho #SiQuieroReinventarme
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