¿Cómo reinventarme profesionalmente después de los 40?
15 claves para realizar un proceso de reinvención personal y profesional.

A la de una, a la de dos y a la de tres, ¡despierta, que te acabas de reinventar! o haces chas y apareces reinventado o reinventada.

Mis queridos amigos y amigas, me parece que no, que no es tan sencillo esto de reinventarse, de la noche a la mañana, o al menos, esa no ha sido mi experiencia y es de lo único que me permito hablar, sin dictar sentencia o pretender convenceros de que estoy en la posesión de la verdad.

Es lo mismo que les digo a las personas que me contactan con el objetivo de que les ayude en su proceso de reinvención profesional.

Inicié el mío hace casi tres años y siendo sincera, tras haber conseguido y sentir que actualmente estoy donde quiero estar, también creo que la propia esencia de la reinvención ha llegado a mi vida para quedarse y caminar conmigo.

Es decir, una de las conclusiones a las que he llegado al reinventarme es que entiendo la reinvención como una filosofía de vida que me invita a estar abierta al cambio permanente, a ser flexible y adaptarme constantemente, a mantener los ojos del corazón y de la cara atentos, expectantes, deseosos de seguir aprendiendo, y a tener muy claro que mi actitud y mi estado de ánimo son el gran motor que me mueve a la acción.

«La Reinvención es una Filosofía de vida»

Mi hermana me decía el otro día que mi madre comentaba “No paro de escuchar por todos lados la palabra esa que tanto utiliza tu hermana, la de reinvención” y me hizo mucha gracia porque es cierto.

Parece que esta pandemia,  no sólo nos ha traído una crisis sanitaria, sino que ha sido la avanzadilla de lo que es y parece que será una importante crisis económica, con el cierre de muchas empresas, sobre todo pymes y pequeños negocios de autónomos, y su correspondiente pérdida de puestos de trabajo.

Pero permitidme trasladaros un poco de esperanza en ese futuro aparentemente tan oscuro al deciros que yo sí creo en la reinvención, en las nuevas oportunidades, en la creatividad y en encontrarse con uno mismo para ampliar nuestro abanico de opciones.

Quiero, con este post, realizar una reflexión del camino que yo he recorrido y sintetizar brevemente los pasos que he necesitado dar, por si puede servirte o inspirarte en el tuyo, si es que estás pensando precisamente en eso, en reinventarte profesionalmente.

Espero y deseo que te guste. Comenzamos

  1. La escucha interior. Creo que llegó un momento en el que decidí apagar el ruido exterior para conectar con el interior. Parece que todo apuntaba a decirme que no estaba bien, que no me sentía satisfecha con la vida que estaba llevando, que quizás yo podía hacer algo por mí, por cambiar mi propia vida.
  1. La toma de conciencia. Es maravilloso lo que ocurre cuando decides bajar el volumen y eliminar el ruido externo, ya que de vez en cuando, despiertas y confirmas que efectivamente, algo está fallando en tu vida. No sabía hacia dónde, ni cómo, ni por qué, ni para qué, ni con quién, pero al poner la oreja hacia dentro, me daba cuenta de que no me sentía bien conmigo.
  1. La responsabilidad. Había sido incluida en un ERE junto con la mitad de la empresa. En mi caso, un factor externo fue el que precipitó la crisis interior pero en otros casos, la crisis surge desde dentro cuando el sufrimiento ha llegado al límite, cuando la persona ya no puede más.

Tenía la opción de seguir echando balones fuera, victimizándome y en definitiva haciéndome cada vez más pequeñita, bloqueándome y paralizándome, o también podía asumir mi parte de responsabilidad y tomar de una vez por todas la decisión de coger las riendas de mi propia vida.

  1. La humildad y la valentía. La primera en mi caso fue muy necesaria para ser capaz de ver lo que no había hecho, para reconocer mi arrogancia al pensar que con mi formación y mi experiencia ya no tenía que demostrarle nada a nadie, para saber que todo el autoconocimiento acumulado en los últimos 15 años, no eran suficientes para enfrentarme al nuevo revés que me había dado la vida. La valentía fue la de asumir todos estos aprendizajes fruto de una honestísima autocrítica, y ser capaz de transformarlos en oportunidades de cambio y mejora.
  1. El autoconocimiento. Siempre digo que hace tres años, cuando viví ese ERE, no me apunté al Master de Coaching, Inteligencia Emocional y PNL para ser coach, porque ser coach fue el resultado.

Mi intención en ese momento era encontrar respuestas al mar de preguntas que me asaltaban al doblar cada esquina de mis propios pensamientos. Desde que superé un delicado proceso de enfermedad que me arrastró al límite del precipicio de la vida cuando sólo tenía 27 años, me atrapó el mundo del autoconocimiento pero siempre lo hice de un modo autodidacta.

También digo con orgullo que en 2 ocasiones he tenido la valentía de pedir ayuda a profesionales de la psicología, gracias a esa inquietud y curiosidad que sentí por saber más de mí, algo que hoy veo como uno de los más importantes regalos que me he hecho.

Saber responder a quién eres sin decir tu nombre, tu cargo o tu título universitario, despeja tus bloqueos y también el camino que, con firmeza quieres emprender.

Honestamente, y en mi opinión, absolutamente subjetiva, y repito, sin pretender que sea validada por ti, no creo en un proceso de reinvención personal o profesional sin primero haber tomado la decisión de realizar un trabajo de autoconocimiento.

  1. El auto respeto al pedir ayuda. He querido incluirlo en este punto pero este acto sería válido para cualquier fase del proceso de reinvención y te lo dice alguien que siempre ha ido de autosuficiente por la vida y lo único para lo que me ha servido eso, ha sido para sobre cargarme y frustrarme.

En este caso, en concreto, iría ligado al autoconocimiento. Muchas personas me dicen que ellos creen que están capacitados para hacerlo y les creo, y confío en que, efectivamente son capaces y pueden. Simplemente, el hecho de pedir ayuda a un coach para realizar ese proceso de autoconocimiento probablemente va a recortar el camino permitiendo que llegues antes a las mismas conclusiones. No es obligatorio, y de hecho, existen muchas herramientas de autoconocimiento, como el Eneagrama, el Mindfulness, libros de autoayuda, blogs, pero te lo pongo sobre la mesa, para que también lo valores. El coaching es una herramienta fantástica que, mediante la conversación, las preguntas y la reflexión, te facilitarán ir más allá en menos tiempo.

  1. El objetivo. A mi me ocurrió. Cuando me reencontré conmigo, con mi identidad, mis valores, mis creencias arraigadas, algunas de ellas limitantes, mis fortalezas, mis áreas de mejora, mis miedos, mis inseguridades, cuando fui capaz de responder a la temida pregunta de ¿quién eres? sin decirme tu nombre, cargo o título, de un modo casi mágico, las nubes en el horizonte comenzaron a diluirse.

Mi camino se mostró por fin despejado y tuve claro, meridiano, transparente, qué era lo que quería hacer con mi vida, cuál era mi objetivo.

Cuando por fin tienes claro lo que quieres, es como si de pronto todo empieza a tener sentido, tu mente se desbloquea, despiertas por dentro, pero empiezas a soñar por fuera, y tu creatividad se dispara y te sorprendes haciendo planes, dibujando escenarios, como si hubieses entrado de lleno en un mundo imaginario en el que te mueves como pez en el agua. No se describiros exactamente esa sensación, pero es liberadora, excitante, divertida, que te produce vértigo pero también un gran placer….

  1. La realidad. Creo que uno de los riesgos del descubrimiento al que te lleva un trabajo de autoconocimiento, es que se quede en esa dimensión, en la de la ilusión y la fantasía, y que el hecho de no reaccionar a tiempo para bajar todo eso a la tierra, haga que no vayas más allá y al final creas que no ha servido para nada.

Para ello, siempre recomiendo a las personas con las que trabajo, seguir haciéndose preguntas hacia dentro, pero también hacia fuera.

El proyecto puede lucir maravillosamente bien en mi cabeza y brillar con todo su esplendor, pero ¿cómo es el mercado al que voy a salir?, ¿qué está demandando?, ¿cuál es mi nicho de mercado? ¿hay mercado? ¿tengo competencia?, ¿qué y cómo lo está haciendo?, ¿en qué me puedo fijar? ¿cuál es mi valor añadido? ¿por qué me van a elegir a mí? ¿qué es lo que ayudo a resolver?

  1. Las opciones. Sería algo así como ir pasando de pantalla, y a medida que las vas superando, de algún modo, y prácticamente sin esfuerzo, llegas a un lugar de tu mente lleno de posibilidades, de colores. Es como si tuvieses delante la caja grande de plastidecor pero elevada a la máxima potencia, con la representación de toda la gama de cada uno de esos colores, y entonces, como en los sueños, se te empiezan a ocurrir un montón de ideas.

No eres sólo capaz de responder a la pregunta ¿qué me falta?, sino que te sorprendes en cualquier momento del día, en cualquier lugar, apuntando todo lo que se te pasa por la cabeza sin juzgarlo ni reprimirlo.

Dejas completamente libre a tu creatividad para que se exprese sin censura, porque ese es el momento de soñar, de crear, de imaginar, de vestir de gala a tu lado derecho del cerebro .

  1. La materialización con el plan de acción. Pero eso sí. Una vez que tienes todas esas opciones y alternativas apuntadas y esparcidas por todos los rincones de tu casa, toca ordenarlas, ofrecerles un sentido y una estructura, desestimando las menos realistas, aplazando otras y seleccionando las más factibles.

El plan de acción es fundamental para materializar el sueño. Ponerse manos a la obra y empezar a caminar con la convicción de que probablemente en algunas cosas no acertarás a la primera, pero al menos lo intentarás y aprenderás de los errores, es necesario para no caer en la red de la famosa “parálisis por análisis”, en la que quedan atrapadas muchas personas, en mi opinión, por no haber completado alguna de esas pantallas de las que te he hablado.

Suele estar relacionado con miedos y bloqueos por falta de confianza, seguridad, o por no tener bien definido y concretado el objetivo.

De ahí, como he apuntado antes, la importancia de no “hacerte trampas” por querer llegar antes y completar el proceso.

He incluido en este apartado 5 aspectos que han sido básicos para mi a la hora de perfilar mi propio plan de acción.

  • Formación continua. En primer lugar, quiero decirte que, cuando me di cuenta de que mi arrogancia y vanidad fundamentaban la creencia de que teniendo una licenciatura, una especialización y algún que otro curso, sumado a mi experiencia, eran más que suficientes para posicionarme como una profesional atractiva en el mercado, fue como un gran despertar.

Supe entonces que había cometido un error y aprendí que la formación continua iba a ser uno de los puntos clave en mi plan de acción. No sólo porque mi modelo de negocio está orientado a la venta de conocimiento, y eso requiere de mi una actualización permanente, sino porque hacerlo, favorece mi entrenamiento cerebral y fortalece mi salud mental.

Mi creencia por tanto, no sólo fue cuestionada, sino sustituida por otra. Ahora creo firmemente en la formación como una herramienta que debe viajar en la maleta de cualquier profesional que pretenda ofrecer un valor añadido al mercado al que se dirija.

  • Marca Personal. Este punto da para un libro y para un curso entero, y de hecho, te habrás dado cuenta de que es palabra clave de búsqueda y tendencia en cualquier conversación que gire en torno al presente y futuro del mercado laboral. En mi caso además, imagínate. Soy periodista de formación y Dircom (Directora de comunicación), durante más de 17 años de mi vida profesional. Me he dedicado precisamente a eso, a la comunicación corporativa, al marketing, a la publicidad y las relaciones públicas. Mi objetivo era empaparme de la cultura de la empresa, de sus servicios, de su valor añadido, de su público, para extraer su mejor jugo y vendérselo a los medios de comunicación.

Las cosas están cambiando muy deprisa y cualquier profesional que pretenda lanzarse a emprender o reinventarse profesionalmente, sí o sí, necesita definir y diseñar su marca personal porque siento ser reiterativa con la famosa frase, pero es así como funciona: “Lo que no se comunica, no existe”, y puede que ofrezcas un producto o un servicio de excepcionales cualidades, pero de nada te servirá si no lo comunicas.

  • Plan de negocio. Todo lo anterior sería algo así como el esqueleto, la base sobre la que se va a sustentar tu negocio. A partir de ahí, lo siguiente es materializarlo a través de un documento en el que articularás y le darás forma a tu idea, a tu modelo. En mi caso, al ser un proyecto de autoempleo, que en una primera fase arrancaba con poca inversión inicial, sin local, y sin necesidad de contratar personal, seguí una plantilla muy básica, por lo que no tuve que solicitar ayuda externa y a través de una asesoría gratuita que recibí por parte del SEPE y de la Agencia para el Empleo, pude arrancarlo, además de la formación recibida en el Máster. Además, decidí desde el principio externalizar toda la parte de gestión a una gestoría.

Sin embargo, si tu proyecto es más complejo, sobre todo a nivel financiero, te recomendaría que pidas ayuda de alguna empresa o mentor que se dediquen a ello. Yo soy mentora en el proyecto Campus 360, donde ofrecen una asesoría completísima para emprendedores y autónomos, por si te interesa.

  • Plan de marketing. En este punto, te digo lo mismo. Me he pasado una buena parte de mi vida profesional rodeada de planes de marketing y acostumbrada a diseñar sobre todo, planes de comunicación. Particularmente, fui yo misma la encargada de diseñar mi propio plan, por cuestiones obvias, pero también te recomiendo que, si no sabes nada de marketing, confíes en un freelance o en una agencia, dependiendo de tus posibilidades económicas.
  • Networking. Es un chip que no sólo tienes que activar si tu reinvención profesional va dirigida al emprendimiento, sino que es también, y en mi opinión, una nueva filosofía de vida, en la que has entendido de una vez por todas que se está produciendo un cambio de paradigma empresarial en el que dejaremos de ser empleados para convertirnos en profesionales que ofrecen sus servicios.

También supone un cambio de mentalidad que nos lleva a pensar en nosotros como personas que buscarán contactos y colaboraciones, que nos alejará de la idea del trabajo para toda la vida para instalarnos en los proyectos.

Para ello, crear, alimentar, gestionar y cuidar nuestra red de contactos realizando buenas prácticas, sembrando, compartiendo y ofreciendo nuestro valor, se convertirá también en una necesidad, para seguir en la rueda.

Por último, y no por ello, menos importantes, he querido destacar lo que para mí no son sólo 5 claves, sino 5 habilidades fundamentales alrededor de las cuales girará todo lo demás. Honestamente, te digo que, sin ellas, veo que cualquier proceso de reinvención personal o profesional, cualquier transformación o cambio que desees hacer en tu vida, se dificulta notablemente. Hay muchos más, pero de algún modo, éstos son los que están encabezando mi propia reinvención.

  1. La Persistencia. Me conecta directamente con el espíritu de lucha, con mi fuerza y con la creencia de que el esfuerzo, el trabajo, la dedicación, la disciplina, la energía, la entrega, son claves para conseguir lo que quieres conseguir.

Al principio toca sembrar mucho, gestionar muy bien el rechazo o la frustración, tocar muchas puertas y no rendirse a pesar de las negativas.

  1. La Paciencia. Ligado con lo anterior, te confieso que esta habilidad supone un gran reto para mí, ya que en mi propio DAFO detecté que constituía un área de mejora. La meditación y el yoga han sido en este punto dos de mis grandes aliados. Hace unos años ni siquiera podía señalar en mi mapa la que ahora denomino como la ciencia de la paz, y paso a paso, al menos ahora la diviso en el horizonte.
  1. La Ilusión. Si reconoces que no la tienes, algo está fallando en tu objetivo, en tu propósito, porque la ilusión, en mi opinión, está en el ADN de eso que quieres conseguir, en tu para qué. Es la que te ilumina el camino, la que activa tu creatividad, la que te mueve a la acción, la que te hace levantarte cada vez que te caes, la que te sostiene y te empuja. Si ella no está, entonces yo tampoco.
  1. La actitud positiva. Ten claro que vas a estar rodeado de cenizos y cenizas que te echen tierra encima, que proyecten en ti su propia negatividad. Ten claro que tú mismo o tú misma te convertirás en tu peor enemigo a lo largo del camino, porque nuestro cerebro está diseñado precisamente para eso, para focalizarse en el peligro, en definitiva, para salvarnos la vida. Ten claro que ya partimos de unos condicionamientos y esqueletos psicológicos que nos han influido para que seamos negativos y pesimistas. Ten claro que lo menos fácil es tener esa actitud positiva. Pero también ten claro que se puede entrenar, y que con ella, todo te resultará más sencillo.
  1. Todos los autos. Y te hablo de autoconocimiento, y te hablo de autonomía emocional, y te hablo de un equilibrado autoconcepto y te hablo de una sana autoestima, y te hablo de la capacidad de autorregularte emocionalmente y por supuesto de cultivar en todo este camino tu autodependencia. Ojo, y aquí me detengo, no me refiero a que pienses que eres autosuficiente y que no necesitas nada de nadie, pero que poseas la inteligencia de pedir ayuda en el momento apropiado para tener cada vez más llena tu maleta de herramientas.
Call Now Button